Antes de analizar en detalle las particularidades de los trabajadores temporales en Indonesia, es importante presentar el marco general que los engloba para comprender sus implicaciones sociales y éticas.
Indonesia cuenta con una población de más de 273 millones de habitantes, aproximadamente 4,2 millones de habitantes trabajan de manera directa en el sector del aceite de palma y 12 millones indirectamente, contribuyendo en más del 3,5 % al PIB de Indonesia. A pesar de que existen nueve convenios ratificados por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), los trabajadores temporales de estas plantaciones demandan que también se les tenga, de igual manera que a los trabajadores fijos.
Por lo tanto, la presencia de trabajadores temporales es común en las plantaciones de palma aceitera en Indonesia, es más, el 70 % de la fuerza laboral en el país son trabajadores temporales, mayoritariamente mujeres. Los productores de aceite de palma suelen contratar a trabajadores temporales durante las temporadas altas para ayudar a cosechar, para labores de replantación de palma aceitera y en el establecimiento de plantaciones durante las fases iniciales. No obstante, en ocasiones el cometido de estos trabajadores no se limita a las tareas descritas anteriormente, sino que también realizan actividades de limpieza, fertilización, mantenimiento y resiembra.
Los elementos que determinan el nivel de vulnerabilidad de este grupo son la falta de seguridad en el trabajo, las malas condiciones laborales, los bajos salarios y la ausencia de protección social. Profundizando en los aspectos más críticos a los que se enfrentan los trabajadores temporales en la industria de la palma aceitera, cabe destacar que en ocasiones son empleados sin un contrato, aumentando el riesgo de explotación y trabajo forzoso. Una práctica habitual que sufre este grupo de trabajadores es que no se les ofrece el mismo nivel de protección social y de bienestar que a los trabajadores fijos, lo que repercute negativamente en su seguridad al no tener derecho a cobertura médica por la falta de un contrato o de un convenio formal.
Concluyendo, se deben garantizar condiciones de trabajo seguras y dignas que cumplan con los requisitos legales tanto para los trabajadores fijos como para los temporales. Entre las medidas preventivas que se deben tomar para contrarrestar los problemas observados entre este colectivo son unas condiciones laborales justas que les aseguren un contrato, un seguro, un salario digno y un equipo de protección personal.
Asimismo, deben garantizar condiciones de vida dignas para los trabajadores, tales como una vivienda, bienestar social y posibilidad real de escolarización. Otros elementos que pueden contribuir a que se cumplan con las demandas mencionadas son la certificación de las plantaciones (RSPO, ISCC, ISPO, MSPO, POIG) y el establecimiento y compromiso de políticas y estándares. Es decir, conseguir mejorar la situación laboral de los trabajadores no depende únicamente del empleador, sino que es una tarea multidisciplinaria en la que el gobierno, las instituciones y la opinión pública deben participar de forma activa contribuyendo al desarrollo e implantación de criterios de derechos humanos, ambientales y sociales, que los productores de aceite de palma y los actores de la cadena de valor del sector palmero deben cumplir.
En este artículo se recogen algunos de los aspectos más relevantes de las condiciones laborales a las que se enfrentan los trabajadores de estas plantaciones y las medidas que se pueden tomar desde las diversas instituciones para mejorar la situación de los trabajadores temporales tal y como ha propuesto la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO) en el seminario online sobre trabajadores temporales en las plantaciones de palma aceitera el pasado día 14 de marzo.
Irene Castillo
Asesor científico