Legislación limita la presencia de grasas trans en los alimentos

El pasado día 15 de mayo entró en vigor el nuevo Reglamento (UE) 2019/649 de la Comisión del 24 de abril de 2019, que modifica el anexo III del Reglamento (CE) nº 1925/2006 del Parlamento Europeo y del Consejo, que se refiere a las grasas trans que no estén presentes de forma natural en las grasas de origen animal. Este Reglamento contempla un periodo de transición de dos años, hasta el 1 de abril de 2021, para que las industrias puedan adaptarse a este nuevo límite.

El objetivo del nuevo Reglamento es proteger la salud de los consumidores y ofrecer a los europeos opciones de alimentos más saludables mediante la implantación de un límite máximo en el uso de grasas trans producidas industrialmente en la Unión Europea. Es decir, todas las categorías de alimentos pueden contener como máximo dos gramos de grasas trans por cien gramos de grasas o aceites, sin sustituirlas por grasas saturadas.

En este escenario, el aceite de palma es uno de los ingredientes que tiene las cualidades necesarias para ser un buen sustituto de las grasas trans ya que de forma natural tiene un porcentaje muy reducido de estas. Debido a sus características físico-químicas es sólido o semisólido a temperatura ambiente no siendo necesario un proceso de hidrogenación para obtener ese estado, evitándose así la aparición de ácidos grasos trans cuyos efectos nocivos para la salud están reconocidos por las autoridades públicas y la comunidad científica; destaca un meta-análisis sobre el efecto de sustituir el aceite de palma con otras grasas y aceites sobre los biomarcadores validados de enfermedades del corazón que indicó que se produjeron cambios favorables claros al reemplazar los ácidos grasos trans con aceite de palma.

Además de su capacidad para evitar el consumo de las grasas trans, se trata de un alimento con una textura untuosa y suave, resistente a la oxidación y que por tanto actúa como conservante, alargando la vida útil del alimento. El aceite de palma  soporta bien los tratamientos térmicos pudiendo utilizarse en alimentos procesados que necesitan altas temperaturas.

Por todo lo anterior, para cumplir con las exigencias de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se solicitó a las industrias de grasas, aceites, alimentación y restauración que cumplan con los siguientes compromisos:

  • La industria debe reformular los alimentos para eliminar las grasas trans de su composición, cumpliendo así con los objetivos de eliminación de grasas trans para 2023 (<2 gramos/100 gramos de grasa total o aceite en todos los alimentos) sin reemplazo con grasa saturada.
  • Indicar en la etiqueta el contenido de grasas trans presentes en los alimentos envasados.
  • Aumentar el uso de grasas y aceites más saludables, con un menor contenido en grasa saturada.
  • Evaluar los compromisos adquiridos mediante la monitorización del progreso.

La eliminación de las grasas trans producidas industrialmente es una prioridad de la OMS y constituye uno de los objetivos del 13º Programa General de Trabajo. Para ello la OMS en mayo de 2018 desarrolló una serie de medidas para ayudar a los gobiernos a eliminar las grasas trans producidas industrialmente y reemplazarlas por aceites y grasas más saludables.

Esta nueva normativa europea supone un avance, ya que el consumidor tendrá a su disponibilidad alimentos más seguros y saludables, en el que la palma, es susceptible de jugar un relevante papel.

 

Irene Castillo, nutricionista