El aceite de palma sostenible y la biodiversidad

Cada 22 de mayo se celebra el Día Mundial de la Biodiversidad, una fecha para concienciar al mundo sobre la importancia de proteger los recursos biológicos y la biodiversidad, como las diferentes especies de plantas, animales, microorganismos y la gran variedad de ecosistemas que forman el planeta. La salud del planeta es esencial para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

La biodiversidad es el tejido vivo de nuestro planeta. Es la base del bienestar humano en el presente y en el futuro, y su rápido declive amenaza a la naturaleza y a las personas por igual. Según el Informe de evaluación sobre la diversidad biológica y los servicios de ecosistemas(link is external) publicado en 2019 por la Plataforma intergubernamental científico-normativa sobre diversidad biológica y servicios de los ecosistemas (IPBES) de la UNESCO, los principales factores mundiales que impulsan la pérdida de la diversidad biológica son el cambio climático, las especies invasoras, la sobreexplotación de los recursos naturales, la contaminación y la urbanización. El informe mundial demostró la responsabilidad de las actividades humanas en la pérdida de la diversidad biológica, que ascendió al 75% en el caso de los ecosistemas terrestres. Esta evaluación también indicó que existían soluciones y que no era demasiado tarde para actuar.

El crecimiento de los volúmenes de producción de aceite de palma ha tenido un fuerte impacto en términos de conversión de los bosques en sus principales países productores. La sustitución del aceite de palma por otro aceite vegetal o grasa animal requeriría del uso de más superficie de cultivo, una medida que sería contraproducente para el ecosistema, ya que las empresas tendrían que comprar aceites alternativos que utilizan hasta nueve veces más tierra, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Para esta entidad, para reducir el impacto de la producción sobre las selvas, los trabajadores y las comunidades. La producción y su uso sostenible ayuda a mantener o mejorar los valores biológicos, ecológicos y sociales en los países de origen.

Precisamente, la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible nace para representar los intereses de las compañías comprometidas con la utilización del aceite de palma sostenible, e intentar que el resto de empresas pasen a utilizar este tipo de aceite.

Con el compromiso de sostenibilidad como emblema, Dinamarca, Francia, Alemania, Países Bajos y Reino Unido, en 2015, e Italia en 2017, han firmado la Declaración de Amsterdam en apoyo al aceite de palma completamente sostenible en la cadena de suministro en 2020. La Declaración propugna un diálogo anual con la Comisión Europea al respecto, que las empresas europeas apliquen las Directrices de la OCDE para las Empresas Multinacionales y, en particular, la próxima Directriz de la FAO y la OCDE para Cadenas de Abastecimiento Agrícolas, y que países importadores como China también ayuden a fortalecer la producción responsable y sostenible.