Actualmente, la Unión Europea lidera a nivel mundial la adquisición y el uso de aceite de palma sostenible certificada. Su creciente demanda la cubren principalmente grandes productores, porque tienen una mayor capacidad para cumplir con los estrictos requisitos de sostenibilidad y trazabilidad que exige la certificación. Por el contrario, los pequeños agricultores, a pesar de representar entre el 35 y el 40 % de la producción mundial, tienen una participación en el mercado de la Unión Europea muy pequeña.
En diciembre de 2022, el Consejo y el Parlamento de la Unión Europea llegaron a un acuerdo cuyo objetivo es minimizar la deforestación y la degradación forestal asociados con productos que se importan o exportan de la Unión Europea. Posteriormente, dicho acuerdo se materializó en la elaboración del nuevo Reglamento del Parlamento Europeo y del Consejo relativo a la comercialización en el mercado de la Unión y a la exportación desde la Unión de determinados productos básicos y productos asociados a la deforestación y la degradación forestal, cuyo objetivo es fortalecer la posición de la Unión Europea como líder de las cadenas de suministro libres de deforestación.
Profundizando en las particularidades de los pequeños agricultores, que desempañan un importante papel como actores de la cadena de valor del aceite de palma, se deben destacar sus múltiples variedades según el tamaño y el tipo de las explotaciones. En concreto, podemos destacar dos:
- Aquellos que están asociados con una empresa o un molino de aceite de palma y no tienen poder de decisión para operar su cultivo.
- Aquellos pequeños propietarios que son agricultores independientes y no están asociados con empresas, por lo que tienen libertad para decidir sobre su cultivo y cómo administrar su finca.
Es importante recalcar con relación a los pequeños agricultores, que la industria de la palma aceitera es un elemento clave en la transformación de los medios de vida de las comunidades rurales en los países productores de aceite de palma, porque genera empleo e ingresos, mejora el desarrollo social y contribuye a lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Retomando el Reglamento de Deforestación, los operadores que distribuyan, importen o exporten mercancías y productos en el mercado de la UE deben garantizar que están libres de deforestación, que han sido producidos de acuerdo con la legislación pertinente del país de producción y que están cubiertos por una declaración de diligencia debida.
Asimismo, los operadores deben proporcionar las coordenadas de geolocalización de todas las parcelas de tierra donde se cultivaron los productos y su fecha de producción. Es decir, deben asegurar su trazabilidad y demostrar el cumplimiento de los requisitos del nuevo Reglamento, lo que será un gran desafío y reto para aquellos pequeños productores independientes no asociados a grandes empresas de plantaciones, sobre todo por su riesgo de exclusión en el mercado internacional.
Será un gran reto por lo tanto para la Administración implicada en el control de estos temas, tener en cuenta las complicaciones transaccionales de los pequeños agricultores que no cuentan con la infraestructura necesaria para aportar los certificados y documentación de debida diligencia necesaria. El apoyo técnico a los pequeños agricultores mediante el uso de tecnología y sistemas de trazabilidad modernos sería de gran relevancia para obtener datos de la trazabilidad y determinar la geolocalización de las parcelas de palma aceitera.
De igual modo, fomentar la colaboración público-privada y mejorar el reconocimiento de estándares de sostenibilidad ya existentes como MSPO e ISPO como vías importantes para impulsar el cumplimiento de las nuevas exigencias, así como el fomento de asociaciones sólidas y estructuradas que fomenten el diálogo entre las Instituciones de la Unión Europea y los países productores son dos comienzos factibles.
Irene Castillo
Asesor científico