Los ácidos grasos más presentes en el aceite de palma son el palmítico y el oleico

  • La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible trabaja en la investigación y divulgación de las características del aceite de palma sostenible en España, a efectos de contribuir a mejorar el conocimiento y la percepción por parte de la sociedad
  • El aceite de palma está compuesto por un 50% de ácidos grasos saturados y un 50% de insaturados, principalmente ácido palmítico y ácido oleico, respectivamente

La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible trabaja en la investigación y divulgación de las características del aceite de palma sostenible en España, a efectos de contribuir a mejorar el conocimiento y la percepción por parte de la sociedad. De hecho, este aceite, que es el más consumido a nivel mundial, sigue siendo un gran desconocido.

El aceite de palma se obtiene de las plantas Elaeis guineensis y Elaeis oleifera. La primera predomina mayoritariamente en África y Asia, mientras la segunda es más común en Latinoamérica. También existe una especie híbrida, resultante del cruce de ambas especies (OxG). Se puede obtener aceite del fruto, tanto del mesocarpio (aceite de palma) como de la semilla (aceite de palmiste), y la composición de ácidos grasos varía en función en cada uno de ellos. En España (y Europa) se utiliza como ingrediente en la industria alimentaria tras haber sido sometido a un proceso de refinado, blanqueamiento y desodorización (RBD), algo común para todos los aceites, y no suele utilizarse para freír.

Entre los factores que han llevado a situarlo como el más utilizado se encuentran sus propiedades organolépticas, un mejor comportamiento a altas temperaturas que otros aceites, la sustitución de grasas animales y aceites hidrogenados (y con ello la desaparición de las grasas trans), la conservación de los alimentos o su versatilidad, gracias a la posibilidad de separarlo en diversas fracciones, cada una con diferentes propiedades. En este sentido, el aceite de palma puede dividirse en estearina, oleína y superoleína, cada una con un punto de fusión diferente, lo que permite una gran variedad de usos en la industria. El aceite de palmiste, por su parte, puede dividirse en estearina y oleína de palmiste, también con diferentes puntos de fusión.

Fracciones del aceite de palma y palmiste con sus puntos de fusión

Fuente: ImFine

Todos los aceites están compuestos por una mezcla de ácidos grasos

Todos los aceites están compuestos, por una mezcla de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. En el caso del aceite de palma, ésta varía en función de la especie de la que se obtiene (Elaeis guineensis, Elaeis oleifera, OxG) y de la parte del fruto de donde se extrae (mesocarpio o semilla). La que más se utiliza, debido a la mayor cantidad de frutos por planta, es Elaeis guineensis.

Tradicionalmente, se ha asociado el aceite de palma con grasa saturada. Lo cierto es que el aceite extraído del mesocarpio del fruto de E. guineensis cuenta con una composición equilibrada entre ácidos grasos saturados e insaturados, con proporciones de ambos cercanas al 50%.

Entre los ácidos grasos insaturados presentes en el aceite de palma, destaca el ácido oleico, un ácido graso monoinsaturado que también predomina en el aceite de oliva. En el caso de los ácidos grasos saturados, destaca la presencia de ácido palmítico.

Composición nutricional del aceite de palma

*IR = Ingesta recomendada diaria

Se escoge 1 gramo como cantidad de referencia utilizada como ingrediente en industria alimentaria

Tabla elaborada a partir de datos de FEDIOL y EPOA

 

Composición de diferentes grasas y aceites

Fuente: ImFine. Elaborada a partir de diversas fuentes: Harvard Health Publications (2011), Codex alimentarius (2015), EPOA

Hay otros aceites y grasas con porcentajes de ácidos grasos saturados muy superiores a los presentes en el aceite de palma, como es el caso del aceite de coco (por encima del 90%), el de palmiste (alrededor del 80%) o de la mantequilla (cerca del 70%). También existen, por otra parte, aceites vegetales con bajo contenido de ácidos grasos saturados, como el aceite de colza (8%), girasol (12%), u oliva (14%), cuyo consumo es más habitual en la dieta española y europea, si bien no suelen emplearse para los mismos cometidos que el aceite de palma.

Sobre los ácidos grasos saturados presentes en los aceites, un informe elaborado por la Universidad Politécnica de Madrid señala que no existen datos científicos que avalen la diferenciación entre los ácidos grasos saturados en función del alimento o ingrediente del que provengan. Tampoco hay ingestas recomendadas diferenciadas para el ácido palmítico, por ejemplo, frente a otros ácidos grasos saturados. De hecho, la recomendación de ingesta de grasa saturada en el marco de una dieta saludable se establece en menos del 10% de las Kcal totales. Por tanto, es importante valorar la ingesta de grasa de la dieta en su conjunto, y no de forma aislada.

En definitiva, el aceite de palma es un ingrediente, que cuenta con una composición de ácidos grasos saturados e insaturados casi al 50%, que puede consumirse en un contexto de dieta saludable, siempre y cuando se ajuste a la ingesta total de grasas y ácidos grasos recomendados por organismos como la OMS.

 

La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible colabora con universidades, organizaciones y especialistas en diversos campos como nutrición, toxicología y medio ambiente. Estas voces de referencia sirven como soporte para elaborar y emitir informaciones veraces y rigurosas desde el punto de vista científico.