Las grasas deben representar entre el 20% y el 35% de la energía de la dieta diaria

La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible trabaja en la investigación y divulgación de las características del aceite de palma sostenible en España, a efectos de contribuir a mejorar el conocimiento y la percepción por parte de la sociedad. En esta ocasión, en base a un informe elaborado por la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), ha analizado cuál es la importancia de las grasas en la alimentación.

Las grasas de la dieta pueden provenir de grasas y aceites como tal, que se utilizan como condimento o para cocinar, y también formar parte de otros alimentos, de forma natural o añadida. Contribuyen a mejorar la palatabilidad, favorecen la liberación de los sabores y olores de las comidas e intensifican la sensación de saciedad.

La grasa corporal rodea los órganos y huesos del cuerpo, protegiéndoles de golpes y traumas y se configura como una reserva energética en el mismo.

Las grasas son tan importantes para el organismo como las proteínas e hidratos de carbono

Desde el punto de vista nutricional, los lípidos o grasas forman parte del grupo de los macronutrientes, junto a los hidratos de carbono y las proteínas en la dieta. Son indispensables en la dieta humana por cumplir diversas funciones. Entre ellas, suministran ácidos grasos esenciales como el linoleico y alfa linolénico que no se pueden sintetizar en el organismo. Estos elementos ejercen tareas destacables en el desarrollo embrionario, el transporte, metabolismo y sostenimiento de la función e integridad de las membranas celulares, el crecimiento y mantenimiento de los tejidos del organismo, así como para el desarrollo del cerebro y la visión. Asimismo, los lípidos participan en la síntesis de reguladores celulares y sirven de transporte a las vitaminas liposolubles (A, D, E y K).

Ingesta recomendada de grasa

La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), publica en 2010 un documento avalado por expertos en relación a la ingesta de grasas y ácidos grasos en la nutrición humana. En el informe se establecen como recomendaciones para las grasas totales un 20-35% del aporte energético diario, y menos del 10% para las saturadas.

Todos los aceites están compuestos por una mezcla de ácidos grasos saturados, monoinsaturados y poliinsaturados. En el caso del aceite de palma, ésta varía en función de la especie de la que se obtiene (Elaeis guineensis, Elaeis oleifera, OxG) y de la parte del fruto de donde se extrae (mesocarpio o semilla). Tanto FAO/OMS como la Federación Española de Sociedades de Nutrición, Alimentación y Dietética (FESNAD) recomiendan sustituir los ácidos grasos saturados por poliinsaturados o monoinsaturados. El aceite de palma cuenta con una composición equilibrada de ácidos grasos, saturados e insaturados próxima al 50% siendo los más abundantes el palmítico (saturado) y el oleico (monoinsaturado).

En los últimos años, se ha incrementado el uso del aceite de palma en la industria alimentaria. Este incremento ha tenido como beneficios, entre otras cosas, la reducción de los niveles de grasas trans. En los alimentos, el aceite de palma se usa por las cualidades intrínsecas propias que tiene sin necesidad de ser hidrogenado, lo que evita la aparición de ácidos grasos trans.

 

Ingestas recomendadas de grasa

Grasa total 20-35%
Ácidos grasos saturados <10%
Ácidos grasos poliinsaturados 6-11%
Ácidos grasos poliinsaturados ω-6 2,5-9%
Ácidos grasos poliinsaturados ω-3 0,5-2%
Grasas trans <1%
Ácidos grasos monoinsaturados Por diferencia

Fuente: FAO/OMS, 2010

 

Cada gramo de grasa que se ingiere proporciona 9 kilocalorías de energía. Si se sigue la pauta de la OMS, para una dieta de 2.000 Kcal se aconseja un consumo de grasas en torno a 60-80 g/día.

Para el equipo de investigación de la UPM, las recomendaciones de ingesta de grasa deberían tener en cuenta el grado de actividad física, el tipo de alimentación y, en general, el estilo de vida que se sigue. Al respecto, la relación entre la dieta y la salud tiene que ser considerada teniendo en cuenta la dieta en su conjunto y no por la evaluación de los distintos alimentos.

De hecho, en la mayoría de las guías alimentarias actuales se recomienda moderación en el consumo de grasas, azúcar y sal, realizar ejercicio físico a diario, seguir una alimentación equilibrada, variada y moderada, y una dieta sostenible, con productos de temporada y de cercanía.

En la dieta de tipo mediterráneo, se aconseja el aceite de oliva como fuente principal de grasa, preferentemente virgen y en crudo. Productos como bollería, pastelería, productos azucarados, chucherías y helados, deben ser de consumo ocasional, dando preferencia a los productos elaborados de forma casera.

El aceite de palma, al ser un ingrediente, está presente en los alimentos en cantidades no muy elevadas, y los alimentos procesados donde se encuentra deberían ser de consumo ocasional. Se puede concluir que su consumo es compatible con una dieta equilibrada que se ajuste a las recomendaciones de ingesta de los diferentes grupos de alimentos.

La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible colabora con universidades, organizaciones y especialistas en diversos campos como nutrición, toxicología y medio ambiente. Estas voces de referencia sirven como soporte para elaborar y emitir informaciones veraces y rigurosas desde el punto de vista científico.