En relación al anuncio de la cadena británica de supermercados Iceland de eliminar el aceite de palma de sus alimentos de marca propia, la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible se hace eco de las respuestas de la European Palm Oil Alliance (EPOA) y Free For Choice que abogan por el aceite de palma sostenible. Iceland justifica su medida a un intento de detener la destrucción de las selvas tropicales en Asia. Sin embargo, para ambas organizaciones la solución no es esa sino apostar por la sostenibilidad del aceite de palma.
Por un lado, Free For Choice, una plataforma que promueve la información científica en el discurso público, considera que la eliminación del aceite de palma provocará una mayor deforestación y aumentará la contaminación y la pobreza. Contrariamente a lo que se piensa, la causa principal de deforestación global no es el aceite de palma sino las granjas ganaderas intensivas. De acuerdo con el informe de la firma italiana de alimentos Barilla, el aceite de palma es un cultivo más sostenible que otros similares, tal y como muestra la tabla.
Para esta plataforma caracterizada por emplear el método experimental para hacer frente a la realidad, la alternativa de la industria sería mejor emplear aceite de palma sostenible que prescindir de él. Free For Choice ha puesto en valor que en los últimos años, la deforestación en los países productores de aceite de palma se ha reducido drásticamente, gracias a las empresas productoras, los gobiernos y los productores locales.
Por otro lado, la noticia de Iceland también ha dejado sorprendida a EPOA, institución con quien colabora activamente la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible. Considera que es contraproducente para la conversión general del mercado hacia un aceite de palma más sostenible. Según Stefano Savi, Director de Alcance Global y Compromiso de la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible (RSPO), “deberíamos informar a los consumidores que las palmeras producen de 4 a 10 veces más aceite por hectárea que cualquier otro cultivo oleaginoso. Por lo tanto, eliminar el aceite de palma podría llevar al uso de más tierras con mayores riesgos de deforestación. Si Iceland quiere garantizar que su abastecimiento de aceites y grasas no está causando la destrucción de la selva, deberían trabajar con el resto de la cadena de suministro para promover el uso de estándares sostenibles, como la RSPO, con el objetivo de mejorar la sostenibilidad de todo el mercado”.
Además, desde EPOA añaden que WWF, Conservation international, Greenpeace y otras ONG han declarado públicamente que “prohibir el aceite de palma no es una solución”. Sirva de argumento que el informe de WWF de 2016 alerta que reemplazar el aceite de palma con otras grasas y aceites puede incluso empeorar el problema de deforestación.
La organización europea aporta otros datos sobre sostenibilidad del aceite de palma: el 69% del aceite de palma importado para alimentos en las refinerías europeas fue certificado como aceite de palma sostenible (CSPO) en 2016 y se estima que el 60% del aceite de palma utilizado para la alimentación en Europa es CSPO.
Tanto Free For Choice como EPOA invitan a Iceland, a la industria alimentaria en general y a los países productores a trabajar juntos para hacer que el aceite de palma sostenible sea una realidad, así como para mejorar la sostenibilidad de todos los productos y paralizar la deforestación de bosques primarios.