Hoy la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible comparte con vosotros un artículo publicado a finales de 2019 en Sunday Observer sobre las posibilidades del aceite de palma en Sri Lanka. La entrevista reportajeada se realiza al ex presidente del Departamento de Manejo de Plantaciones de la Universidad de Wayamba, el profesor Asoka Nugawela.
Para el académico, el cultivo del aceite de palma no conlleva un impacto negativo en el medio ambiente, sí reduce los niveles de dióxido de carbono atmosférico, protegiendo el suelo del impacto directo de la lluvia caída y sí contribuye al ciclo natural del agua. “Tener plantaciones de palma aceitera en Sri Lanka tendrá cero impactos negativos en el medio ambiente como lo demuestran otros países de palma aceitera que lo han estado cultivando durante más de un siglo. […] En Sri Lanka el aceite de palma se usa para la diversificación de cultivos y, por lo tanto, las tierras de caucho, té y coco se emplean para este propósito”, declara Nugawela.
Actualmente se están realizando trabajos de investigación y desarrollo en países productores de palma como Malasia, Indonesia, Tailandia, India, o países africanos. “Malasia tiene alrededor de 6,5 millones de hectáreas de palma aceitera a lo largo de más de 100 años sin que se hayan reportado efectos negativos en el medio ambiente. Las prácticas agrícolas y de procesamiento básicas adoptadas en Sri Lanka son principalmente las desarrolladas en Malasia”. Además, Coconut Research Institute de Sri Lanka tiene el mandato de ejecutar investigaciones sobre este cultivo por encargo del gobierno.
El aspecto económico del aceite de palma también es analizado por Asoka Nugawela en este artículo: “es el cultivo de plantación más rentable”. Argumenta el académico que “podría generar ingresos adecuados para invertir en prácticas de conservación del suelo y la humedad en las plantaciones. Los ingresos generados por el té y el caucho actualmente no son adecuados para este objetivo. Por lo tanto, a la luz de estas condiciones, el aceite de palma asegurará la sostenibilidad de otras plantaciones”.
Recientemente, el nuevo gobierno de Sri Lanka decidió prohibir el cultivo de palma tras las protestas sucedidas por las repercusiones medioambientales de este ingrediente alimentario. Este país dedica más de 30 mil millones de rupias de Sri Lanka en divisas cada año para la importación de aceite de palma.