La soja, el cacao, el aceite de palma y el café son materias primas del sector agroalimentario que en el pasado estuvieron implicadas directamente en el impacto medioambiental y social de los países productores. Por ello, los gobiernos y organizaciones de diversas índoles están llevando a cabo iniciativas de certificación de la sostenibilidad para controlar y reducir ese impacto, con la colaboración de los operadores sectoriales. Sin embargo, la sociedad también desempeña un rol importante en ese proceso de evolución hacia un modelo de producción sostenible, ya que la conservación del planeta es una responsabilidad compartida.

En el caso concreto de España, cuenta con un potente sistema agroalimentario que se caracteriza por un alto grado de implantación de sistemas de Certificación de Sostenibilidad de materias primas.

A continuación se detallan las principales materias primas que cuentan con una cadena de suministro sostenible.

Soja

El cultivo de soja está implantado en muchos países por su facilidad para adaptarse a diversas condiciones climáticas y modelos de producción, pero los principales países productores de soja del mundo son Brasil, EE.UU. y Argentina. La mayor parte de esa producción se destina a alimentación animal y una pequeña parte a uso alimentario e industrial.

Debido a su gran utilidad en el sistema alimentario, la demanda de esta materia prima ha ido aumentando exponencialmente, y como consecuencia, la superficie dedicada a su cultivo se ha multiplicado por cuatro en los últimos 50 años, lo que ha provocado la reconversión de praderas, deforestación de bosques y la consecuente pérdida de biodiversidad y ecosistemas.

Por ello, desde hace años, los principales productores y comercializadores de soja a nivel mundial, destacando Brasil y Argentina, han adquirido compromisos para frenar la deforestación y adoptar modelos productivos sostenibles en el ámbito ambiental, social y económico. Para poder lograr y avalar que se están cumpliendo estos compromisos de sostenibilidad de la producción, las empresas cuentan con una gran variedad de estándares y sistemas de certificación como FEFAC SSG (Soy Sourcing Guidelines), RRTS (Roundtable for Responsible Soy), y SSAP (USA-Soy Sustainability Assurance Protocol).

El sistema de certificación FEFAC SSG es el mecanismo que ha desarrollado la Federación Europea de Fabricantes de Piensos Compuestos para proporcionar herramientas a los miembros que forman parte de su organización para poder llevar a cabo la transición hacia una producción y compra de soja sostenible. Este sistema se basa en seis pilares: responsabilidad ambiental, buenas prácticas agrícolas, relaciones comunitarias, condiciones de trabajo dignas, cumplimiento legal y respeto por el uso legal de la tierra.

En cuanto a la certificación de la Mesa Redonda de Soja Responsable (RTRS), es un estándar global que garantiza que la soja se produce de manera medioambientalmente respetuosa, económicamente viable, socialmente equilibrada y con cero deforestación.

Por último, el Protocolo de Garantía de Sostenibilidad de la Soja de Estados Unidos (SSAP) es la herramienta con la que los agricultores estadounidenses pueden demostrar su compromiso con la sostenibilidad y la mejora continua. Este Protocolo describe un conjunto de normas, procesos y prácticas de gestión que garantizan la producción sostenible de soja.

Cacao

Las semillas de cacao se extraen de un árbol que crece en zonas del trópico con un clima caluroso y lluvioso. La producción mundial de semillas de cacao se concentra principalmente en áreas rurales de países de África, América Latina y Sudeste asiático, constituyendo su principal fuente de ingresos, por lo que su economía depende casi en exclusiva de esta actividad.

La cadena alimentaria del cacao es larga y compleja, se caracteriza por estar integrada por un gran número de pequeños productores y distribuidores, con una comercialización final en manos de unas pocas multinacionales. Por tanto, hay un flujo comercial desde los países productores a los consumidores donde el valor del precio del cacao se multiplica de manera considerable al generarse valor añadido.

En cuanto a la cadena alimentaria del cacao en España, se importa la matera prima de los países productores mencionados y posteriormente se comercializa en forma de chocolate para consumo directo o industrial.

El desarrollo de este sector en los países productores se ha basado en sistemas de producción vinculados a problemas medioambientales de deforestación y problemas sociales como trabajo infantil e incumplimiento de los derechos humanos. Por ello, actualmente se está trabajando en implantar estrategias para asegurar que se cumplen los objetivos y compromisos de sostenibilidad integral que incluyen la sostenibilidad social y medioambiental.

Entre esas estrategias podemos encontrar diversos sistemas de certificación e iniciativas promovidas por los propios gobiernos de los países productores. No obstante, en la viabilidad de estos sistemas es decisivo el papel de la distribución final y de los consumidores, ya que los estándares de certificación tienen un coste que se ve reflejado en los precios de compra en el país de origen.

Cabe destacar algunos de los sistemas de certificación de la sostenibilidad de la producción del cacao como UTZ – Rainforest Alliance, Fair Trade International, Cacao Orgánico/Ecológico, European ISO/CEN.

Los programas de certificación de UTZ – Rainforest Alliance llegan a productores y trabajadores en 20 países del mundo. El objetivo de esta certificación es hacer posible la trazabilidad completa desde la finca hasta el producto final, adaptándose a cadenas de suministro específicas.

En cuanto a la certificación Fair Trade (Comercio Justo) del cacao, se caracteriza en que a los productores de cacao de comercio justo se les paga un precio mínimo por sus productos, actuando como salvaguardia cuando los precios de mercado bajan. Además, apoyan a los pequeños agricultores a organizarse en cooperativas para llegar a mercados más amplios.

Aceite de Palma

El aceite de palma se obtiene de un árbol procedente de África y se cultiva en áreas tropicales cercanas al ecuador terrestre, por lo que los principales países productores están localizados en el Sudeste asiático (Malasia, Indonesia y Tailandia), América del Sur (Colombia, Guatemala y Ecuador) y África (Nigeria, Ghana y Costa de Marfil). Indonesia y Malasia dominan la producción de aceite de palma y de palmiste a nivel mundial.

Es un aceite vegetal con numerosas aplicaciones, tanto en la industria alimentaria (humana y animal), como en la industria cosmética y en la producción de biodiesel. Debido a su versatilidad es el aceite vegetal más producido y comercializado a nivel mundial, lo que ha promovido en el pasado la expansión inadecuada de los cultivos provocando deforestación y pérdida de biodiversidad y ecosistemas. Como consecuencia, esta imagen de no sostenibilidad perdura actualmente, pero las multinacionales que usan aceite de palma han defendido su uso por el valor nutricional y las características organolépticas que aporta a los productos, apoyándose además en certificaciones de sostenibilidad.

España se caracteriza por ser un país importador de aceite de palma, siendo el segundo principal importador de esta materia prima en la Unión Europea y en los últimos años ha ido aumentando el porcentaje de aceite de palma comercializado certificado como sostenible. Cabe destacar que la totalidad del aceite de palma destinado a la producción de biocombustibles en la Unión Europea está certificado por el esquema ISCC aprobado en la Directiva de Energías Renovables.

En relación a la sostenibilidad de la producción de este aceite vegetal, hay que tener en cuenta que partimos de un escenario tradicionalmente asociado a la pérdida de biodiversidad, pero los operadores sectoriales, gobiernos de países productores e instituciones diversas se han comprometido para tomar medidas que reduzcan el impacto negativo asociado al sector de la producción de aceite de palma. La principal herramienta para logarlo son los sistemas de certificación de la sostenibilidad integral, la mayoría de ellos cuentan con procedimientos y objetivos similares como la conservación del medioambiente y la biodiversidad, defensa de los derechos de los trabajadores y reducción de la deforestación, entre otros.

Entre estos esquemas de certificación cabe destacar Rainforest Alliance, Roundtable on Sustainable Palm Oil (RSPO), International Sustainability Carbon Certification (ISCC), Indonesian Sustainable Palm Oil (ISPO), Palm Oil Innovation Group (POIG), Malaysian Sustainable Palm Oil (MSPO).

De todos los sistemas de certificación mencionados anteriormente, el que tiene un mayor grado de implantación es la RSPO. El objetivo de su creación fue promover la utilización de aceite de palma de producción sostenible a través del uso de criterio globales y contando con el compromiso de los operadores sectoriales para elaborar e implementar criterios y estándares globales para la obtención de aceite de palma sostenible, logrando así reducir el impacto socioeconómico, medioambiental y social. Se trata de un sistema muy riguroso ya que involucra a entidades certificadoras independientes que habilitan el uso de un sello homologado.

Café

El 96 % de la producción mundial del grano de café tiene lugar en quince países de los que destacan Brasil, Vietnam, Colombia, Indonesia, Honduras, Etiopía, India, Uganda, México y Perú. Este sistema productivo esta integrado por pequeños productores, traders, que gestionan la compra y logística, y empresas tostadoras y comercializadoras.

Se trata por lo tanto de una cadena de valor asimétrica y compleja, que en el pasado generó problemas de sostenibilidad social, económica y medioambiental (deforestación, pérdida de biodiversidad, agotamiento de recursos naturales…).

Al tratarse de una cadena alimentaria con pocos operadores desde que se obtiene la materia prima hasta que esta llega al consumidor final, hay una mayor probabilidad de eficacia de los sistemas de certificación de la sostenibilidad integral de la producción de café.

El tipo de esquema de certificación implantado varía según el país proveedor, pero los más comunes son UTZ – Rainforest, The Global Coffee Platform, Fair Trade, Organic, entre otros. Actualmente entre el 40 y 50 % de la producción mundial de café está certificada por algún estándar se sostenibilidad, pero aun es necesaria una mayor implicación de distribución minorista, restauración, hostelería, consumidores y gobierno, que apoyen los objetivos de desarrollo sostenibles y los sistemas der certificación, para lograr un mayor porcentaje de producción certificada.

En relación al sistema de certificación UTZ – Rainforest, tiene como objetivo lograr una cadena de suministro agrícolamente sostenible en la que los productores reciben formación en buenas prácticas, para mejorar su negocio, comunidad y medioambiente.

Este certificado está orientado al mercado de gran consumo con especial énfasis en el área gourmet. Su alcance incluye granjas y cooperativas de todos lo países y tamaños y se basa en la utilización de indicadores de campo y auditorías independientes. Este estándar medioambiental permite preservar la flora y fauna, las zonas de transición, así como la seguridad y salud de los trabajadores.

Asimismo, cabe destacar el sistema de certificación The Global Coffee Platform, que reúne a productores de café, tostadores, minoristas, comerciantes, gobiernos, donantes y ONG para actuar de manera conjunta en temas locales y elaborar iniciativas de sostenibilidad en todo el sector.

Conclusiones

Como hemos visto en los apartados anteriores, las principales materias primas cuentan con una gran variedad de sistemas de certificación de la sostenibilidad integral, así como de iniciativas y propuestas futuras.

Esto evidencia una vez más que la producción sostenible es la principal y más eficaz herramienta para lograr una cadena de suministro respetuosa con el medio ambiente y las comunidades locales, que a la vez sea compatible con el desarrollo económico y tecnológico de los países productores.

Irene Castillo

Asesor científico