El pasado 10 de marzo tuvo lugar una reunión online de carácter informal organizada por el Partenariado de la Declaración de Ámsterdam con dos organizaciones no gubernamentales de Indonesia sobre el fin de la Moratoria del aceite de palma. En el evento participaron Astrid Puspitasari y Timer Manurung, en nombre de Sawit Watch y Auriga, respectivamente, de cuyas ponencias hablaremos en detalle a continuación.
Astrid Puspitasari, acudió en representación de la organización no gubernamental de Indonesia Sawit Watch. Su ponencia trató sobre lo aprendido de la Moratoria del aceite de palma en Indonesia.
Como bien sabemos, Indonesia es el primer productor de aceite de palma en el mundo. Se estima que la producción realizada en 2020 de aceite de palma crudo fue de casi 52 millones de toneladas, procedentes de los 16,4 millones de hectáreas de plantaciones de palma aceitera. No obstante, la expansión de las plantaciones de palma aceitera tiene muchas implicaciones, como el cambio del uso de la tierra, la deforestación, la conversión de las turberas, el acaparamiento de tierras, los incendios forestales y terrestres, las inundaciones, la sequía… Además de cambios significativos en la estructura social y cultural de los pueblos indígenas y las comunidades locales.
En el año 2018, el Presidente de Indonesia emitió la denominada Moratoria del Aceite de Palma, que se centra en la suspensión y evaluación de los permisos de plantación de palma aceitera y en la mejora de la productividad. Los objetivos de la Moratoria son: mejorar la gestión de las plantaciones sostenibles de aceite de palma, proporcionar seguridad jurídica, mantener y proteger la sostenibilidad medioambiental, mejorar el desarrollo de los agricultores de palma aceitera y aumentar la productividad de las plantaciones de palma aceitera. Tras finalizar la Moratoria en septiembre de 2021, los expertos concluyeron que después tres años de aplicación faltaba la implementación de la Instrucción Presidencial.
La mayoría de los distritos no respondieron a la Instrucción Presidencial, y carecía de un presupuesto determinado. Desde la ONG Sawit Watch recomiendan que para mejorar la Moratoria hay que ampliar y aumentar la Instrucción Presidencial mediante una regulación más fuerte y con fuerza legal que vincule a todas las partes implicadas, reforzar la Instrucción Presidencial acompañándola de objetivos específicos, aumentar y garantizar la divulgación de información sobre los resultados de la aplicación de la Moratoria al público, proporcionar apoyo directo a los gobiernos locales para aplicar la Moratoria, apoyar a los jefes regionales para que hagan la revisión y la aplicación de la ley, y que todos los permisos de plantación de aceite de palma fuera y dentro de la zona boscosa/forestal deben ser revisados para garantizar la legalidad y la ausencia de conflictos al respecto.
Al haber terminado la Moratoria, el sector del aceite de palma queda ahora bajo la Ley Ómnibus, también conocida como Ley de Creación de Empleo.
Posteriormente, Timer Manurung de la organización no gubernamental de Indonesia Auriga, habló sobre los riesgos e impactos a los que se ven sometidos los bosques de Indonesia. En Indonesia la palma aceitera existe en 26 de las 34 provincias del país, en el año 2020 la cobertura fue de 16,5 millones de hectáreas, pero tan solo las 10 principales provincias cubren el 88 % de la palma aceitera del país.
Partiendo de la premisa de que los pequeños propietarios de palma aceitera tienen una superficie relativamente pequeña; la ausencia de fuertes inversiones; y la visión de las irregularidades a través de las imágenes de satélite, Auriga identificó que los pequeños propietarios de palma aceitera independientes en 2020 cubren 2,3 millones de hectáreas, y es en la isla de Sumatra dónde se encuentra el 89 % de ellos.
No podemos olvidar la pérdida de bosques naturales entre 2015 y 2019, que alcanzó un total de 2,81 millones de hectáreas. Las provincias ricas en bosques representaron 1,85 millones de hectáreas de deforestación, es decir, el 65 % de la pérdida total de bosques naturales en Indonesia.
En cuanto a la deforestación futura, actualmente hay 8,8 millones de hectáreas de cubierta forestal natural dentro de las concesiones (concesión minera 3,6 millones de hectáreas, concesión de plantación de madera 2,8 millones de hectáreas, concesión de palma aceitera 2,4 millones de hectáreas). La deforestación en zonas “abandonadas” es una de las típicas deforestaciones en Indonesia.
Para concluir, desde esta ONG recomiendan proteger toda la cubierta forestal natural, el compromiso de las empresas con el NDPE, la intensificación de las plantaciones existentes y la industrialización del aceite de palma nacional.
Irene Castillo
Asesor Científico