Un reciente estudio publicado por el Centro de Investigación Forestal Internacional (CIFOR) en colaboración con el Instituto Internacional World Agroforestry (ICRAF), revela que las prácticas actuales empleadas en la producción y comercialización de aceite de palma se deben adaptar a políticas que beneficien la economía, la sostenibilidad y protejan los paisajes locales.
El Centro de Investigación Forestal Internacional es una entidad que promueve la conservación del medio ambiente mediante, la investigación y el diálogo activo con todas las partes involucradas, informando sobre las políticas y prácticas que afectan a los bosques. En cuanto al Instituto Internacional World Agroforestry, es una institución que realiza investigaciones agroforestales con el objetivo de proponer prácticas agrícolas más sostenibles ambiental, social y económicamente.
En Indonesia, donde se realizó el estudio, las plantaciones de aceite de palma se localizan tanto en áreas forestales como en otros terrenos, y las emisiones de dióxido de carbono proceden de la oxidación de la turba, de los molinos, de las operaciones llevadas a cabo en las plantaciones y de las refinerías. Los investigadores simularon seis posibles escenarios en esta región, que combinaban la adopción de esquemas comerciales o acuerdos verdes, la implementación de la certificación de la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO) y el establecimiento de impuestos al carbono por el gobierno, entre otros.
Como resultado se obtuvieron seis escenarios que permitían lograr la sostenibilidad a través de su certificación, tal y como defienden el Green Deal y los principios de la RSPO.
El estudio evidenció, que a la hora de establecer pactos verdes sobre el aceite de palma era imprescindible la negociación entre los países productores (en este caso, Indonesia y Malasia) y consumidores (Reino Unido y Unión Europea). Por lo que una de las medidas propuestas fue un ajuste al alza de los precios del aceite de palma por los costes derivados de la certificación y el uso del etiquetado de la RSPO en aquellos productos con aceite de palma que cumplían con los criterios de sostenibilidad.
Tras profundizar en esta publicación, podemos concluir que todos los actores implicados en el sector palmero e iniciativas públicas y privadas, deben participar de manera activa en la adopción de pactos verdes y certificaciones para mitigar de forma realista el impacto ambiental asociado a la producción de aceite de palma
Un claro ejemplo de cómo se están tomando medidas al respecto, es la aprobación de la Propuesta de Reglamento contra la deforestación importada. El objetivo de esta propuesta es frenar la deforestación ocasionada por el consumo de ciertos productos (ganado vacuno, cacao, café, aceite de palma, soja y madera -de momento-) en la Unión Europea, estableciendo requisitos a su importación, exportación, producción y comercialización.
En cuanto al sector privado, son numerosos los estudios e informes que se están realizando para tomar medidas que permitan frenar la deforestación, reducir la pérdida de biodiversidad, y proteger los derechos humanos y los bosques.
Irene Castillo
Asesor científico
Bibliografía: