Tanto los consumidores como organizaciones de diversa índole se han preguntado alguna vez si se puede confiar en la cadena de suministro sostenible del aceite de palma. El seminario online organizado por Competere, el pasado día 12 de mayo, contó con una mesa redonda de expertos que analizó esta cuestión y debatió sobre cómo el aceite de palma puede ser parte de la solución a los problemas de escasez de aceite de girasol debido al conflicto ruso-ucraniano. Es decir, cómo se puede fomentar una cadena de suministro resiliente y sostenible que pueda hacer frente a situaciones de conflicto.
Para explicar los avances que se están llevando a cabo en diferentes países, expertos de Colombia, Indonesia, Malasia y Guatemala, expusieron las prácticas que se realizan en las empresas o instituciones reguladoras a las que pertenecen, que permiten alcanzar una sostenibilidad certificada.
En primer lugar, intervino Ximena Mahecha-Anzola, Directora Ejecutiva de APS Colombia Corporation. Según la experta, la industria de la palma colombiana tiene como objetivo ser una materia prima sostenible, asegurar la inserción de los pequeños propietarios y el bienestar de las comunidades locales. Para lograrlo cuentan con una estrategia de carácter nacional que promueve la adopción de buenas prácticas y un esquema de verificaciones voluntarias, así como un sistema de trazabilidad a través de mecanismos de monitoreo y rastreo de toda la cadena de suministro.
Posteriormente, Fadhil Hasan en representación de la Asociación Indonesia de Aceite de Palma (GAPKI), afirmó que en su país desde el año 2011 se ha implantado una legislación que garantiza que se llevan a cabo prácticas sostenibles, lo que les permitirá en un futuro estar en consonancia con las demás normas internacionales.
José Roberto Montenegro, presidente de la División de Petróleos Tropicales de AgroAmerica, explicó en detalle las particularidades del sector del aceite de palma en Guatemala. Este país es el sexto productor mundial de aceite de palma y el tercer exportador mundial, siendo la región del mundo con mayor producción de aceite de palma por hectárea. El 64% de la producción total de aceite de palma de Guatemala está certificada como sostenible por RSPO e ISCC. Además, trabajan en conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en concreto: salud y bienestar (ODS 3); educación de calidad (ODS 4); trabajo decente y crecimiento económico (ODS 8); industria, innovación e infraestructuras (ODS 9); producción y consumo responsable (ODS 12); acción por el clima (ODS 13); vida de ecosistemas terrestres (ODS 15); alianzas para lograr los objetivos (ODS 17). El experto recalcó la importancia de la trazabilidad como elemento clave para asegurar la sostenibilidad de la cadena de suministro del aceite de palma.
El último ponente fue Mohammad Hafezh bin Abdul Rah, colaborador del Consejo de Certificación de Aceite de Palma de Malasia (MPOCC). Ante la cuestión que se planteaba sobre la confianza en la cadena de suministro del aceite de palma, expuso que en Malasia los actores implicados en la cadena de suministro están trabajando para conseguir que esta sea sostenible. Por ello, su esquema de certificación MSPO, debe contar con el apoyo del Gobierno para que asegurar que todo el aceite de palma se produce en el país es sostenible, para garantizar una cadena de suministro transparente y rastreable, y otorgar igualdad de acceso al mercado a la población local.
Finamente, intervino Pietro Paganini, presidente de Competere y moderador del evento. Concluyó que la situación del conflicto ruso-ucraniano ha hecho que nos demos cuenta de la importancia de contar con una cadena de suministro de alimentos que sea sostenible y proceda de diversas fuentes, siendo resistente a situaciones difíciles como la actual.
Irene Castillo
Asesor científico