Las causas de la deforestación son múltiples y afectan de forma desigual a los países, por lo que no se puede centrar el foco de la culpa en el consumo del aceite de palma. Es decir, las repercusiones medioambientales de otros cultivos (como, por ejemplo, la soja) aunque menos conocidas y no son menos graves.
Según estudios recientemente publicados por la universidad sueca Chalmers University of Technology, la deforestación desplazada y las emisiones de CO2 causadas por la deforestación son dos cuestiones relacionadas con los productos alimentarios importados por la Unión Europea.
En primer lugar, el estudio ‘Deforestation displaced: trade in forest-risk commodities and the prospects for a global forest transition’, elaborado por expertos de dicha universidad, corrobora que la deforestación desplazada es un fenómeno relacionado de forma generalizada con los productos que son importados a la Unión Europea, entre los cuales se incluyen, además del aceite de palma, la soja, los cereales, y otras producciones ganaderas y forestales.
Las causas de la deforestación afectan de forma variada y desigual a los países y continentes, por lo que no se puede atribuir de forma generalizada la causa de deforestación a una de las materias primas. Por tanto, si bien los datos muestran que el 40% de la deforestación está asociada a la expansión de los pastos para la producción de carne y otro 40% se corresponde a productos forestales como las habas de soja, el aceite de palma y otros cereales, el porcentaje atribuible a cada uno de los productos varía según dónde sean producidos.
Por otro lado, la generación de dióxido de carbono relacionada con la deforestación se debe a múltiples causas, es decir, es un proceso multifactorial. Tal y como muestra el estudio ‘Agricultural and forestry trade drives large share of tropical deforestation emissions’, el comercio agrícola y forestal impulsa gran parte de las emisiones de la deforestación tropical (CO2). Según este estudio, para el período 2010-2014, se estimó la emisión neta de 2.6 gigatoneladas de dióxido de carbono (GtCO2) debido a la deforestación asociada a la expansión de cultivos, pastizales y plantaciones forestales en los trópicos. Los principales grupos de productos asociados con estas emisiones fueron la carne de ganado (0,9 GtCO2) y los productos de semillas oleaginosas (que incluyen aceite de palma y soja; 0,6 GtCO2). Asimismo, los estudios indican que existen grandes variaciones geográficas en cuanto a qué productos están asociados con las emisiones relacionadas con la deforestación.
Si bien, tal y como reflejan los referidos estudios, la palma figura entre aquellas materias primas que se relacionan con las causas de deforestación desplazada y emisiones de CO2, cabe señalarla como una de las materias primas que mayores esfuerzos y progresos realiza mediante su sistema de certificación. El certificado Roundtable on Sustainable Palm Oil (RSPO, por sus siglas en inglés), es el sistema más reconocido que establece criterios y sistemas de auditoría para garantizar que la producción, además de respetar los derechos laborales y de las comunidades indígenas, evite ocupar nuevas zonas de elevado valor medioambiental y que no se amenace la biodiversidad, además de haber introducido criterios para combatir la deforestación.
Aceite de palma sostenible
El 60% del aceite de palma utilizado para la industria alimentaria en Europa está certificado como sostenible por la Mesa Redonda sobre Aceite de Palma Sostenible, según se refleja en el estudio ‘Making sustainable palm oil the norm in Europe’. Si bien en el caso de España este porcentaje corresponde al 43,7%, como se desprende del Informe Económico del Aceite de Palma en España 2018 publicado por la Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible, el incremento del aceite de palma certificado como sostenible en alimentación es una realidad que continúa avanzando. En 2016, el 23,7% del aceite de palma comercializado en España contaba con el certificado de la Roundtable on Sustainable Palm Oil, denominado RSPO. Este porcentaje ascendió al 29,9% en 2017 y al 43,7% en 2018, lo que demuestra un buen ritmo en el nivel de certificación.
En cuanto al aceite de palmiste, el porcentaje de aceite certificado era del 14,9% como RSPO en 2016, una cifra que se mantuvo estable en 2017 y que alcanzó el 18% en 2018. La razón por la que el palmiste va un poco más retrasado es porque la prima de sostenibilidad tiene un mayor coste que la de la palma, según revela el estudio mencionado anteriormente.
Esto no significa que el resto de aceite de palma o de palmiste no sea sostenible. Lo que refleja es que no está certificado como tal. Hoy en día, todo el aceite de palma que se importa en España es trazable hasta la fábrica del país de origen en donde se ha producido, y aunque no venga con la certificación RSPO, en muchos casos las empresas vendedoras cuentan con políticas propias de ‘No deforestación’, ‘No siembra en humedales (peat-lands)’ y ‘No explotación laboral, entre otras medidas. En este sentido, existen otras entidades y ONGs como The Forest Trust (TFT) que controlan la trazabilidad de la materia prima.
Causas de la deforestación
Aunque se estén produciendo grandes avances en cuanto al aumento de la producción de aceite de palma sostenible, según la citada anteriormente Chalmers University of Technology, una sexta parte de todas las emisiones resultantes de la dieta común de un ciudadano europeo puede estar directamente relacionada con la deforestación de los bosques tropicales.
“Podemos ver que más de la mitad de la deforestación se debe a la producción de alimentos y piensos, como la carne de vacuno, la soja y el aceite de palma. Hay una gran variación entre los diferentes países y bienes, pero en general, las exportaciones representan alrededor de una cuarta parte de la deforestación que está relacionada con la producción de alimentos”, según Florence Pendrill, uno de los investigadores que han participado en el estudio ‘Making sustainable palm oil the norm in Europe’.
Sin embargo, no es el aceite de palma la causa principal de la deforestación. La Fundación Española del aceite de palma aclara que el cultivo de aceite de palma es el de mayor productividad de los aceites vegetales, lo que lo hace muy eficiente. Necesita además entre 4 y 10 veces menos de superficie que otros cultivos para producir la misma cantidad de aceite. Eso hace que el aceite de palma sea el aceite más asequible en el mundo. Utiliza menos fertilizantes y pesticidas por hectárea que otros cultivos de oleaginosas, como soja, girasol y colza.
Por este motivo, el cultivo de palma siguiendo los criterios de sostenibilidad medioambiental, económica y social se perfila como una opción con menor impacto negativo que otros cultivos de semillas oleaginosas que podrían servir como sustitutivos.
Referencias:
- Deforestation displaced: trade in forest-risk commodities and the prospects for a global forest transition (Chalmers University of Technology)