Según el equipo Nutrimedia de la Universidad Pompeu Fabra, la evidencia científica existente no permite afirmar que el consumo de aceite de palma sea más perjudicial para la salud que el de otros aceites, en concreto los aceites vegetales con bajo contenido en grasas saturadas, las grasas parcialmente hidrogenadas y las grasas animales.
El aceite de palma es un ingrediente habitual en numerosos alimentos procesados (galletas, bollería, salsas, helados, aperitivos dulces y salados, palitos de pan, etc.) y no cuenta con buena imagen entre los consumidores dado que constantemente circulan mensajes que asocian el consumo de esta grasa con problemas de salud debido a su elevado contenido en ácidos grasos saturados y su procesamiento industrial.
Esta alarma ha llegado también a los hipermercados hasta el punto de que algunos de ellos se han planteado retirar este ingrediente de sus productos propios (marca del distribuidor). La ciudadanía recibe mucha información sobre lo perjudicial que es consumir aceite de palma, pero faltan estudios que respondan esta cuestión.
De acuerdo con la información de la Universidad Pompeu Fabra, consumir aceite de palma es potencialmente perjudicial para la salud en la medida en que contiene un elevado porcentaje de grasas saturadas (50%). No obstante, solo su consumo excesivo se considera dañino para la salud. El equilibrio en los hábitos alimentarios siempre debe ser una máxima cuando se quiere mantener una dieta equilibrada y saludable.
En este sentido, hay estudios que muestran que el aceite de palma eleva el colesterol y otros lípidos en la sangre, lo cual se asocia a un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, pero no ofrecen datos concluyentes sobre si este aceite es o no más perjudicial que otros aceites vegetales.
Por ello, afirmar que el aceite de palma es más perjudicial que otras grasas de uso alimentario es un error ya que estos estudios son de calidad moderada-baja. Todo indica que faltan estudios de calidad para aclarar si el aceite de palma aumenta o no el riesgo de mortalidad precoz y de sufrir ciertas enfermedades.
Resultados de la investigación
Según la evidencia científica disponible no se puede confirmar que el consumo de aceite de palma sea más perjudicial para la salud que el de otros aceites como los aceites vegetales con bajo contenido en grasas saturadas, las grasas parcialmente hidrogenadas y las grasas animales. A continuación se reproduce una tabla con los efectos asociados con cada uno de ellos elaborada por el grupo Nutrimedia de la Universidad Pompeu Fabra.

Contenido en grasas saturadas
El contenido de grasas saturadas presente en el aceite de palma (50%) es inferior al que se encuentra en otras grasas, como el aceite de coco (92%), la margarina (66%) y la manteca (54%) (figura 1). Para llevar una dieta equilibrada, se aconseja que del conjunto de calorías ingeridas en la dieta, las grasas no aporten más del 35% y las grasas saturadas no más del 11%.
Por último, es conveniente aclarar que el aceite de palma no contiene grasas trans como ha llegado a la población.

Fuente: 2015–2020 Dietary Guidelines for Americans. 8th Edition. December 2015
Para más información acude a la reseña de la Universidad Pompeu Fabra y al informe técnico