La Fundación Española del Aceite de Palma Sostenible celebró recientemente un encuentro virtual entre Guillermo V. Rodríguez, Vicedecano del Colegio Profesional de Dietistas-Nutricionistas de Madrid, e Irene Castillo, nutricionista de la Fundación. En esta conversación entre expertos se trató el valor nutricional de los aceites vegetales y su presencia en una dieta equilibrada.
En España conocemos el aceite de palma por su uso en productos alimentarios, aunque en países latinoamericanos este puede encontrarse en los supermercados para ser usado en el cocinado. La estabilidad de este aceite vegetal permite que sea usado a altas temperaturas y que no se produzcan compuestos perjudiciales para la salud, algo que sí sucede con los aceites procedentes de semillas.
Los expertos expusieron que las características intrínsecas del aceite de palma, como son la untuosidad, palatabilidad y durabilidad, no están presentes en otras grasas, que deberían ser hidrogenadas para conseguirlas y se convertirían así en grasas trans. Esto es algo que debe tenerse en cuenta ya que el aceite de palma es un buen sustituto de esas grasas vegetales hidrogenadas.
Irene Castillo, nutricionista de la Fundación, apuntó también que la creencia de que el aceite de palma es perjudicial se debe a su presencia en alimentos procesados y de consumo ocasional. Castillo expuso que, si seguimos una dieta equilibrada, el consumo de estos productos no tiene por qué ser perjudicial, dado además que la ingesta de aceite de palma por la presencia en estos es muy pequeña.
Los expertos apuntaron que el aceite de palma es rico en fitonutrientes, tocoferol y beta-carotenos, compuestos antioxidantes que son buenos para fortalecer nuestro sistema inmunológico y sistema cardiovascular. La alta composición en antioxidantes que presenta esta grasa vegetal le aporta estabilidad, garantizando que soporta altas temperaturas. Irene y Guillermo destacaron que las características intrínsecas del aceite de palma hacen que aporte a los productos unas cualidades que no se consiguen con otras grasas que, como se ha mencionado anteriormente, deberían hidrogenarse. De esta forma, el uso del aceite de palma evita que los alimentos procesados deban incluir grasas trans en su composición para conseguir ciertas cualidades como la untuosidad o palatabilidad. A estos beneficios deben sumarse que el uso de esta grasa permite que los productos sean más duraderos, algo que ayuda a la reducción del desperdicio alimentario.
En cuanto a la preocupación social por el impacto del aceite de palma en el medio ambiente, se puso en valor la existencia de las plantaciones sostenibles, que tienen como objetivo producir aceite de palma respetando los hábitats locales, los derechos de los trabajadores y de las comunidades nativas, la reducción del uso de pesticidas y fertilizantes, y la reducción de agua y energía empleadas por tonelada de aceite, características que lo distinguen de otros cultivos oleaginosos y que hacen que su impacto medioambiental sea menor.
Los expertos concluyeron que lo más importante es seguir una dieta equilibrada y saludable, así como que un producto de consumo ocasional no se vuelve perjudicial por la presencia del aceite de palma, sino por el uso que se le da al alimento.
Puedes recuperar el encuentro entre Guillermo V. Rodríguez e Irene Castillo en el perfil de Instagram de la Fundación: https://www.instagram.com/epoa_esp/channel/