El segundo evento virtual del Festival de Desarrollo Sostenible, en el que participó la Unión Italiana para el Aceite de Palma Sostenible, tuvo como eje temático la inclusión, la innovación y la cooperación en la cadena de suministro del aceite de palma. Para tratar estas cuestiones intervinieron varios expertos en la materia, cuyas ponencias analizaremos a continuación.

En representación de la Fundación CMCC acudió Matteo Bellotta, quién centró su exposición en analizar los impactos de la cadena de suministro del aceite de palma en la agricultura, los bosques y los ecosistemas. Para ello se basó en una reciente investigación que revisaba 82 estudios publicados desde 2010 y los relacionaba con ocho de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas (ODS), para ver los efectos de la obtención del aceite de palma, tanto de producción convencional como sostenible. También informaban sobre su impacto positivo en los indicadores socioeconómicos, refiriéndose especialmente a la producción sostenible las investigaciones publicadas entre 2019 y 2020.

Entrando en detalle, según el experto, los estudios que trataban temas relacionados con el ODS 1 evidenciaban que el cultivo de palma aceitera contribuye al desarrollo socioeconómico de las comunidades locales y alivia su pobreza.

En relación a las investigaciones que estudiaban temas relacionados con el ODS 2, revelaban que el cultivo de la palma aceitera mejora la seguridad alimentaria de las familias de pequeños agricultores, y demostraban que los cultivos sostenibles de palma aceitera intercalados con otras especies garantizan un mejor acceso a los alimentos y mitigan las posibles amenazas a la seguridad alimentaria.

Los estudios que analizaban aspectos ligados con el ODS 3, indicaban que el cultivo de palma aceitera mejora la salud y el bienestar de las comunidades rurales.

Así mismo, algunas investigaciones centradas en el efecto del cultivo de palma aceitera sobre el ODS 4 mostraban que el desarrollo de las plantaciones se asocia con un aumento de las infraestructuras escolares, identificándose los esquemas de certificación de aceite de palma sostenible como una posibilidad para mejorar la educación.

En cuanto a los estudios que trataban temas relacionados con el ODS 5, evidenciaban que la inclusión de la mujer en la cadena de suministro del aceite de palma continúa siendo escasa actualmente, aunque se identificaron mejoras en los ingresos y en el nivel de vida de las mujeres involucradas en la producción de aceite de palma en África y en América del Sur.

En relación a aquellas investigaciones que estudiaban temas relacionados con el ODS 6, recalcaban que los principales esquemas de certificación como RSPO, ISCC, SAN e ISPO presentan criterios para proteger los derechos del agua y para evitar que disminuya la disponibilidad de agua para la agricultura de subsistencia y el agua potable para las poblaciones locales.

Referente a los estudios que trataban temas relacionados con el ODS 8, evidenciaban que el cultivo de aceite de palma ha contribuido al crecimiento económico del país productor, al generar empleo a lo largo de toda la cadena de valor. Además, los esquemas de certificación sostenible mejoran las condiciones de trabajo, y como consecuencia, permiten acceder a un salario justo y a servicios sociales básicos.

Finalmente, las investigaciones centradas en el efecto del cultivo de palma aceitera sobre el ODS 9 probaban que los esquemas de certificación sostenible son una buena herramienta para equilibrar la distribución dispar existente entre los pequeños propietarios y los grandes productores en lo que respecta a su acceso al capital.

En conclusión, Matteo Bellotta de la Fundación CMCC afirmó que existe una interrelación entre la producción sostenible y los ODS, la cual conlleva el beneficio de que el cultivo sostenible apoya la economía y los medios de subsistencia de las comunidades locales en los países productores que se encuentran en vías de desarrollo, y contribuye a reducir los índices de pobreza, y mejora el acceso físico, social y económico a alimentos suficientes, seguros y nutritivos.

Sin embargo, aún quedan diversas cuestiones críticas pendientes tales como los conflictos relacionados con el acceso y la propiedad de la tierra, las desigualdades de género y las condiciones de trabajo dignas. No obstante, ante esta situación los esquemas de certificación sostenible son una herramienta muy valiosa para mejorar los impactos socioeconómicos de la cadena de suministro del aceite de palma.

Posteriormente en el evento intervino Marieke Leegwater, coordinadora de la ONG Solidaridad, quien hizo especial énfasis en el contexto actual, que se caracteriza por la gran demanda mundial de aceite de palma. En esta realidad los pequeños agricultores desempeñan un papel imprescindible ya que cultivan entre el 30 y el 40 % de la producción mundial. Además, un aspecto a tener en cuenta, es que el 93 % del volumen de aceite de palma destinado a Europa cuenta con la certificación RSPO, pero estas cifras no son suficientes para transformar el sector, porque es necesario que esta situación se replique en otros países más allá de los europeos, evitando que haya cadenas de suministro separadas.

Otro de los aspectos a tener en cuenta es la falta de inclusividad de esta cadena de valor, porque solo el 9 % del volumen total certificado por RSPO que llega a la Unión Europea lo producen pequeños propietarios y de ese volumen certificado solo el 1,4 % proviene de pequeños propietarios independientes.

En este contexto, un informe elaborado por la ONG Solidaridad junto con la industria holandesa de aceites y grasas (MVO) y el Consejo de Países Productores de Aceite de Palma (CPOPC) sobre las implicaciones del Reglamento EUDR para los pequeños propietarios, revela que esta situación se verá agravada con la entrada en vigor del Reglamento de Deforestación Importada. Según expertos, el EUDR probablemente excluirá aún más a los pequeños agricultores del mercado de la UE, porque garantizar su legalidad y su geolocalización tal y como exige, les resultará muy costoso.

Así pues, desde la ONG Solidaridad instan a la Comisión Europea y a los Estados Miembros a que analicen cómo se puede implementar el Reglamento incluyendo a los pequeños agricultores.

Según Marieke Leegwater, para poder crear una cadena de valor del aceite de palma inclusiva, los responsables políticos deben evaluar el impacto del Reglamento EUDR para los pequeños agricultores. Además, deben establecer medidas a gran escala para apoyar a los países productores y a los agricultores, y garantizar una implementación constructiva e inclusiva e introducir mecanismos que garanticen el abastecimiento de los pequeños productores independientes.

Por su parte la industria también debe implicarse en este proceso, asegurando que las prácticas de abastecimiento no excluyan a los pequeños productores, pagando un precio justo a los pequeños propietarios que cubra el costo de la producción sostenible, haciendo que la inclusión de los pequeños agricultores forme parte de sus criterios de sostenibilidad y apoyando el fortalecimiento de los marcos nacionales de sostenibilidad.

En resumen, la segunda sesión del Festival de Desarrollo Sostenible confirmó una vez más que elegir el aceite de palma de producción sostenible tiene una repercusión positiva al ayudarnos a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, sobre todo el ODS 1 (cero pobreza), el ODS 2 (hambre cero), el ODS 8 (trabajo decente y crecimiento económico), el ODS 13 (acción climática) y el ODS 15 (vida en la tierra).

Sólo a través de la inclusión de los pequeños agricultores será posible crear una cadena de suministro de aceite de palma totalmente sostenible, libre de deforestación y resiliente, ya que boicotear el aceite de palma simplemente trasladaría los problemas a otros cultivos.

Irene Castillo

Asesor científico